Tras más de una década de caída, la cartera de crédito a la construcción en España ha invertido su tendencia y creció un 7,2% en 2020. La irrupción de la COVID19, el  confinamiento y la paralización de obras obligaron a las empresas constructoras a aumentar su endeudamiento.

En 2020 el stock de préstamos vivos en este segmento del mercado pasó de 26 mil millones de euros en diciembre de 2019 a casi 28 mil millones al cierre de 2020, según el informe “Evolución del crédito a empresas en España 2020” elaborado por la consultora AIS Group, en base a los últimos datos de stock de crédito del Banco de España.

En el año de la pandemia, las empresas constructoras registraron la segunda tasa de crecimiento más alta del crédito en 2020, superada sólo por la cartera de préstamos al sector servicio, que creció un 8%. Sin embargo, “a nivel absoluto, la diferencia de ambas carteras es enorme”, explica el economista y director comercial de AIS Group, José Manuel Aguirre. Así, los créditos a empresas de servicios superaban a fin de 2020 los 414 mil millones de euros, frente a los algo menos de 28 mil millones de la construcción. Es decir, “del total de crédito a empresas, el 72% se reparte entre las empresas de servicios y el 5% se destina a compañías constructoras”.

Lo relevante -señala el economista- es que desde la crisis inmobiliaria de 2008, el sector de la construcción había estado reduciendo su cartera de créditos a ritmo de tasas de variación negativas de dos dígitos. Así, entre diciembre de 2008 y de 2019, el saldo pasó de 151.847 millones de euros a 26.000 millones. O sea, se redujo un 82%. Mientras que en el último año ha repuntado un 7,2%”.

Morosidad

Si bien el saldo de créditos dudosos de las empresas constructoras (2.553 millones de euros) es el que más se ha reducido en 2020 (lo ha hecho en 494 millones de euros), su tasa de morosidad sigue siendo la más elevada de todos los sectores de actividad. Cerró el año en un 9,2% (frente al 11,7% de 2019).

Empresas de actividades inmobiliarias

Al contrario que en la construcción, el crédito a empresas inmobiliarias -incluidas dentro del sector servicios- es el único que ha retrocedido en el año del COVID. De presentar un saldo vivo de casi 88.150 millones de euros en 2019, ha pasado a estar por debajo de los 82.000 millones de euros. Una reducción de alrededor de 6.000 millones de euros (un 7%).

La misma tendencia se ha registrado en lo que concierne a los préstamos dudosos. Si bien su tasa de morosidad ha disminuido sólo en dos décimas, pasando del 5,2% al 5% en el último año, y el total de su cartera morosa se ha rebajado en algo más de 537 millones de euros, quedando cerca de los 4.080 millones de euros.

Según Aguirre, “las cifras, especialmente las relativas a la morosidad, denotan que, desde una perspectiva macroeconómica, las medidas aplicadas por las administraciones han conseguido mitigar el impacto de la situación derivada del coronavirus en el corto plazo. Sin embargo, el significativo aumento del crédito a la mayor parte de sectores obliga a plantearse hasta cuándo podrá alargarse esta situación.”

Para conocer todos los datos relativos a la evolución del crédito a empresas en 2020 y cómo afrontar la gestión del riesgo en este escenario, descarga el informe completo.